e-ISSN: 2448-8062
ISSN: 0188-431X
Hablar del cuerpo nos hace pensar en un espacio, un ser, un ente que siente y se expresa. La enfermería como generadora de cuidado mantiene un contacto estrecho con ese cuerpo que se cuida, que requiere ser atendido como un ser y que se expresa con un lenguaje corporal, gestos, movimientos y expresiones con los que la palabra no es necesaria para expresar su sentir, su dolor y sus necesidades. La enfermera requiere de sus sentidos para entender lo que el cuerpo del paciente necesita. El tema del cuerpo como sistema clasificatorio ha sido fundamental para la visión antropológica de Mary Douglas, según la cual el principal medio de clasificación ha sido históricamente el cuerpo humano en sí mismo. La idea del cuerpo como metáfora central del orden político y social es un tema general en sociología e historia. La antropología menciona que en las sociedades premodernas el cuerpo es una superficie importante en la que las marcas de condición social, posición familiar, afiliación tribal, edad, sexo y condición religiosa pueden exponerse fácil y públicamente. El uso del simbolismo del cuerpo puede asociarse también al hecho de que en las sociedades premodernas las diferencias atribuidas de condición y de naturaleza eran más rígidas y obvias. En ciertas tradiciones teóricas y filosóficas, la importancia de la encarnación humana ha quedado olvidada; en otras tradiciones de la teoría social, el cuerpo humano quedó sumergido como un asunto poderoso y de algún modo disfrazado.