e-ISSN: 2448-8062
ISSN: 0188-431X
El hospital como parte integrante de una estructura tanto medica como social tiene su misión, consistente en proporcionar a la población usuaria una atención completa a su salud, desde el punto de vista curativo, preventivo y rehabilitatorio e irradiándose con sus servicios externos hasta el ámbito familiar. Por lo tanto su personal representa un conjunto de personas que, cada una desde su área de competencia respectiva, trabaja en forma coordinada, buscando el bien común, proporcionando atención a los usuarios de los servicios.
La relación entre los diferentes profesionales que integran el equipo de salud de un hospital, implica una compleja trama de interrelaciones y acciones que se traducen en comportamientos referidos tanto a las "formas de estar" dentro de su profesión, como a la realización de las actividades propias de su función.
Con el fin de asegurar la concordancia de la conducta de cada miembro de la colectividad hospitalaria, con los intereses de los demás, sano y enfermo, surge la necesidad de recordar la finalidad de la deontología, disciplina que orienta nuestro modo de actuar en la vida, o sea nuestra conducta, con un sentido del deber.
La enfermera, al igual que el resto de profesionistas, recibe un título profesional que le da el derecho a practicar su propia profesión y la obliga al cumplimiento de los deberes que le son inherentes, teniendo como último el bienestar social. Es así, que como todos ellos, tenemos la RESPONSABILIDAD PROFESIONAL, que es la obligación de rendir cuenta de nuestros propios actos.