e-ISSN: 2448-8062

ISSN: 0188-431X

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Creencias de los escolares de educación primaria sobre los efectos del consumo de tabaco

INVESTIGACIÓN


Cómo citar este artículo:
Rodríguez-Ramirez JM, Salas-González TL, Ruiz-Zúñiga BJ, Flores-Ortíz FM, Durán-Sánchez PE, Gómez-Cardona JP. Creencias de los escolares de educación primaria sobre los efectos del consumo de tabaco. Rev Enferm Inst Mex Seguro Soc. 2016;24(1):55-9.

Creencias de los escolares de educación primaria sobre los efectos del consumo de tabaco

Beliefs of primary school children about the effects of tobacco consumption


José Manuel Rodríguez-Ramírez,1 Tania Lizeth Salas-González,1 Brenda Jimena Ruiz-Zúñiga,1 Fátima Marbella Flores-Ortíz,1 Paulina Esmeralda Durán-Sánchez,1 Juan Pablo Gómez-Cardona1


1Centro de Ciencias de la Salud, Departamento de Enfermería, Universidad Autónoma de Aguascalientes. Aguascalientes, México


Correspondencia: José Manuel Rodríguez Ramírez

Correo electrónico: jomaro71@hotmail.com


Fecha de recepción: 27/04/2015

Fecha de dictamen: 24/06/2015

Fecha de aceptación: 19/08/2015


Resumen

Introducción: el consumo de tabaco es considerado como un problema de salud pública, representa la segunda causa principal de muerte a nivel mundial. Se advierte una creciente tendencia en el inicio de consumo de tabaco a una edad cada vez más temprana.

Objetivo: describir las creencias de los escolares de sexto grado de educación primaria sobre los efectos del tabaco.

Metodología: estudio descriptivo en una muestra aleatoria de 155 estudiantes de sexto grado del total de escuelas primarias del municipio de San José de Gracia, Aguascalientes. Los datos se recabaron mediante un cuestionario autoadministrado para explorar las Creencias sobre los efectos del tabaco.

Resultados: del total de estudiantes el 40 % refiere convivir en su hogar con fumadores, más de la mitad de los estudiantes (60.6 %) expresaron aspectos positivos respecto al tabaco, como que “fumar no quita el sueño”. El 36.1 % y 31 % respectivamente, creen que “ayuda a las personas a distraerse de los problemas”, y que “hace sentir bien a las personas”. Es relevante que el 12.9 % de los estudiantes exprese que el consumo de tabaco no produce adicción y el 9 % crea que no es causa de cáncer.

Conclusiones: los escolares comparten características personales, familiares, económicas, sociales y laborales, como la convivencia con fumadores activos en el hogar y en el trabajo, y tienen la creencia que el consumo del tabaco ayuda a las personas a distraerse de los problemas y que los hace sentir bien.

Palabras clave: Uso de tabaco; Hábito de fumar; Salud del niño


Abstract

Introduction: Tobacco consumption is considered as a public health problem, is the second leading cause of death worldwide. A growing trend is seen in the first use of tobacco at an increasingly consumption at earlier ages.

Objective: To describe the beliefs of students of sixth grade of primary education on the effects of tobacco.

Methodology: Descriptive study in a random sample of 155 sixth grade students of all elementary schools in the municipality of San Jose de Gracia, Aguascalientes. Data were collected through a self-administered questionnaire to explore the “Beliefs about the effects of snuff.”

Results: The total number of students 40 % reported living at home with smokers, more than half of the students in 60.6 % expressed positive aspects about that “smoking is not related with losing sleep”. In 36.1 % and 31 % respectively believe that “if it helps people to be distracted from the problems”; and “it makes people feel good.” It is significant that 12.9 % of students expressed that consumption of snuff is not addictive and 9 % believe that it does not cause cancer.

Conclusions: Students share personal characteristics, family, economic, social and labor, such as coexistence with active smokers at home and at work and have the belief that the consumption of tobacco helps people to get distracted from the problems and that it feels good.

Keywords: Tobacco use; Smoking; Child health


Introducción

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera el consumo del tabaco como uno de los principales problemas sanitarios a nivel mundial, sobre todo porque la edad de inicio del hábito tabáquico se da en edades cada vez más tempranas.1 Como tal, el tabaquismo representa la segunda causa de muerte en el mundo, puesto que lo consumen cerca de 1300 millones de personas, de las cuales casi mil millones son hombres y 250 millones son mujeres.2

Con base en la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 2011),3 el consumo de tabaco produce la muerte prematura de casi 6 millones de personas; de continuar con esta tendencia en 2030 el consumo de tabaco producirá la muerte de 8 millones de personas al año, de las cuales el 80 % ocurrirá en países de ingresos bajos y medios. Según datos de la ENA, en la población de entre 12 a 65 años, durante el periodo 2002-2011, el consumo promedio de cigarros por día fue de 6.8 en hombres y de 5.6 en mujeres; la prevalencia de fumadores activos fue de 31.4 % (12.1 millones) en hombres y de 12.6 % (5.2 millones) en mujeres; en el grupo de adolescentes el mayor consumo de tabaco se da entre los 13 y 15 años de edad, a diferencia de los adultos hombres en los que la prevalencia global de consumo ha disminuido de 42.3 % a 34.6 %, y en la prevalencia global de consumo diario, que descendió de 23.7 % a 15.5 % durante el mismo periodo. En cuanto a la distribución de consumo de tabaco, es mayor en el Distrito Federal y en las regiones norte, centro y occidente del país, con patrón similar en la población de 12 a 65 años y en el grupo de 12 a 17 años. En los fumadores activos se identificó adicción en el 7.1 % de adolescentes y en 11.8 % de adultos.

El promedio de edad de inicio de consumo de tabaco es de 13.7 años en adolescentes y 17.4 años en adultos, a temprana edad la principal consecuencia del consumo de tabaco es la dependencia o adicción y la predisposición a problemas de salud asociados al tabaquismo. Según la ENA 2008, el 60 % de los fumadores adultos de ambos sexos y el 68.6 % de los adolescentes iniciaron el consumo de tabaco tan solo por curiosidad; respecto a la convivencia con fumadores (familiares, amigos o compañeros) lo refirió el 29.8 % de los hombres y el 26.9 % de las mujeres, en los adolescentes fue de 24.1 %.4

La Organización Mundial de la Salud sostiene fuertemente que cada niño tiene el derecho a crecer sin tabaco a su alrededor. De tal forma que ha evidenciado la necesidad de establecer estrategias integrales de salud, donde además de la prestación de servicios, también se aborde la atención de las causas sociales, económicas y políticas que subyacen a los diversos problemas de salud. Con este enfoque, la atención del tabaquismo y los problemas de salud y biopsicosociales asociados con su consumo, así como por inhalación de humo ajeno, ayudan a explicar la interacción de factores como el inicio del consumo, si este se mantiene o se interrumpe en función de la forma en cómo las personas viven, se alimentan, se reproducen, trabajan, se relacionan, se educan y desarrollan sus capacidades para afrontar sus limitaciones. En este sentido, no solo es necesario promover la salud, sino la vida, al empoderar a los ciudadanos y a la sociedad civil sobre estilos de vida saludables, habilidades para la vida y ambientes protectores que permitan a niños y adolescentes negarse al ofrecimiento de sus pares para comenzar a fumar; y a los adultos jóvenes y mayores respetar los espacios libres de humo de tabaco (Declaración de Adelaida sobre la Salud en Todas las Políticas 2010.5,6

La prevención está encaminada a identificar, evitar, reducir, regular o eliminar el consumo de tabaco como riesgo sanitario, así como sus consecuencias físicas, psíquicas, económicas, familiares y sociales a través de acciones preventivas, universales, selectivas e indicadas, de probada eficacia, que abarquen a toda la población y en especial a los grupos más vulnerables. En este contexto, las acciones en el ámbito familiar y escolar deben considerar las estrategias de mercadotecnia de la industria tabacalera dirigidas a niños y adolescentes, existen los programas de Escuela Segura y Escuela Saludable, que mediante la capacitación de maestros de educación primaria y secundaria en aspectos de prevención de adicciones, contribuyen a prevenir el consumo de tabaco.6

Varias razones complejas interactúan entre sí para explicar por qué los niños comienzan a consumir cigarros, entre ellas la influencia de familiares y otras personas allegadas que fuman y actúan como poderosos modelos a imitar. Se puede exigir a un menor que no fume, pero las palabras pierden significado cuando los mayores no constituyen un buen ejemplo en ese sentido. Los riesgos de exponer a un niño al humo ambiental del tabaco son que aumenta la frecuencia de enfermedades respiratorias y repercute negativamente en la salud dental de los menores, pues además de incrementar el número de caries, se relaciona con trastornos visuales, disfunción pulmonar, tumores cerebrales, desequilibrios mentales, linfomas y posible adicción al tabaquismo en la adolescencia.

En un estudio sobre las creencias, actitudes y prácticas de niños escolares respecto al consumo del tabaco, se encontró que la comunicación entre pares escolares sobre el consumo de tabaco se dio en 16 %, los cuales tenían un amiguito o amiguita que fumaba; la mayor proporción de niños y niñas que habían experimentado el consumo aseguraron previamente no tener un par que practicara el tabaquismo; sin embargo, convivían con un familiar adicto. A la pregunta: ¿“Crees que fumar es algo...”?, el 54.3 % opinó que era algo malo y 38 % que dañaba la salud, además de ser peligroso para la vida de la persona que fuma y la de otros a su alrededor. Solo un niño (0.1 %) dijo que se trataba de algo bueno. Al respecto de si fumar producía enfermedades, los niños de tercer grado dijeron que sí en 46.6 %, lo negaron 1.2 % y afirmaron no saber 2.3 %; para referirse a las personas que fuman utilizan frases como: “Hacen algo malo”, “son personas feas”, “desagradables”, “con mal olor”, “molestan a los demás y no dan el ejemplo”. Por otra parte, relacionaron el consumo de tabaco con la aparición de enfermedades e incluso con la muerte, de forma que argumentaban: “Se dañan ellos mismos y a los demás”, “no les importa enfermar y morir” y “vivirán poco”, entre otras respuestas. Sin embargo el 2.3 % se abstuvo de dar respuesta y solo uno creía que era bueno.7

Una aproximación a la definición de creencias fue tomada de González-Consuegra en su estudio Creencias en fumadores adultos pertenecientes a un programa de salud cardiovascular.8


Las creencias se entienden como la forma de percibir el mundo que nos rodea y las que junto a los valores se constituyen en la principal motivación, siendo las que gobiernan el cerebro y hacen posible la acción. La fuente primaria de donde provienen las creencias es el ambiente que rodea a las personas desde su nacimiento y todos los entornos en los que se vive y desarrolla el ser humano. Es concretada como la aceptación de un conocimiento popular como verdadera.


Constituye, además, una actitud mental del individuo que sirve de base para la acción voluntaria y posible connotación emocional; como lo plantea Helman. (citado por R. Biffi)


En dicho estudio se establecieron las categorías de:


  • Factores motivacionales para el consumo de tabaco, que incluía: aspectos emocionales, sociales, factores de inicio en el consumo de tabaco, coadyuvantes del consumo y aspectos fisiológicos-necesidades básicas.
  • Factores desalentadores para el consumo de tabaco referente a los aspectos trascendentales, manifestaciones de enfermedad, motivos para dejar de consumir tabaco y tiempo máximo que ha dejado consumirlo.

Los motivos emocionales relacionados con el consumo de tabaco son: contrarrestar la ansiedad, disminuir la tristeza o depresión, el desespero, la cólera, ira o enojo; lograr tranquilidad, sensación de satisfacción y sabor agradable al consumir tabaco, así como estrategia de afrontamiento de duelo y pérdida. Entre los aspectos sociales que incluye el rol de adolescente, están las creencias de sentirse grande por fumar, el fumar como acto de imitación y búsqueda de aceptación y pertenencia de grupo, aspectos de gran valía especialmente en la etapa de iniciación en el consumo del tabaco, pero que más adelante se perpetúan, pues estos sentimientos han sido mencionados por personas ya adultas y adultas mayores, lo cual refleja que, permanentemente el ser humano tiene conductas de búsqueda, de aprobación, imitación y de necesidad de pertenencia a un colectivo.

En algunos casos se atribuye a la sociedad la exigencia de consumir tabaco, e incluso se evidencia la necesidad de no ser excluidos de “su grupo” al que se cree pertenecer, se desea pertenecer o se pertenece.

Algunas de las creencias se relacionan con el deseo de experimentar cosas nuevas, debido a la etapa por la que están pasando; los amigos son una clave fundamental para mantener dichas creencias y así comenzar más tempranamente con los hábitos tabáquicos. Asimismo, se pueden observar las conductas y el aumento de confianza en los estudiantes consumidores de tabaco, que puede llevarlos al consumo de otro tipo de drogas.9

Uno de los aspectos más importantes del problema es que las personas inician más tempranamente el consumo del tabaco, por lo tanto resulta posible que las creencias, actitudes y práctica observables en los adolescentes estén presentes en estudiantes escolares de sexto grado de primaria.

Con la finalidad de identificar las creencias de este grupo de población, se formuló el objetivo de describir las creencias de los estudiantes de sexto grado de educación primaria sobre los efectos del consumo de tabaco en el municipio de San José de Gracia, Aguascalientes, México.

Metodología

Se realizó un estudio descriptivo en una muestra aleatoria de 155 estudiantes de educación primaria en el municipio de San José de Gracia, Aguascalientes. Se incluyó a estudiantes de sexto grado de todas las escuelas de educación primaria en el municipio, considerando el consentimiento informado por el director de la escuela y que alumno aceptara participar en el estudio. No se incluyeron los cuestionarios que fueron llenados de forma incompleta o incorrecta.


Definición de variables

  • Edad: se refiere al número de años cumplidos del individuo a estudiar; variable numérica, este dato se colocará con números sobre una línea en la parte superior derecha.
  • Género: roles, comportamientos y aspectos característicos atribuidos a hombres y mujeres desde un punto de vista social. Se identificará con una M a una mujer y con H a un hombre.
  • Trabajo: se entiende por trabajo infantil a toda actividad económica de carácter lícito realizada de forma regular, periódica o estacional, por niños (menores de 12 años de edad) o adolescentes (de 12 hasta cumplir los 18 años de edad) que implique su participación en la producción o comercialización de bienes y servicios destinados al mercado, el trueque o el autoconsumo, independientemente de que dicha actividad se encuentre sujeta a retribución alguna.10
  • Convivencia con fumadores: cuando se comparte el hogar con personas que tienen el hábito de fumar, pues se sabe que es de las adicciones más fuertes a nivel mundial, convirtiendo a los demás cohabitantes en fumadores pasivos.

Instrumento

Se utilizó el instrumento “Pros y contras de las creencias del tabaco”, el cual fue estructurado con 17 ítems, que del 1 al 8 mide beneficios y del 9 al 17 los contras, con un alpha de Cronbach del 0.79; los “pros” con 0.88 y los “contras” con 0.85 de validez. Fue necesario hacer adecuaciones al instrumento con el propósito de mejorar la comprensión del mismo.

Posterior a la prueba piloto con 111 alumnos de sexto grado de educación primaria, se obtuvo un valor de confiabilidad y validez del instrumento por Kuder-Richardson de 8.73, lo que equivale a un 87 % de confiabilidad. Por lo tanto, en su versión final, el instrumento quedó estructurado con dos dimensiones y 16 ítems, la primera para los “pros” de los ítems 1 al 7, y la segunda del 8 al 16 para los “contras”.

Se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 21 para la captura y el análisis de los datos.

Resultados

El 53.5 % de los estudiantes fueron mujeres, 71 % tiene 11 años y 29 % 12 años. Cabe señalar que el 29.7 % de los estudiantes son económicamente productivos, de los cuales 12.3 % trabaja en actividades económicas variadas como niñera y ayudante en tiendas de conveniencia, 5.8 % en la obra, 3.9 % en actividades del campo, 3.2 % comerciante y 2.6 % es guía turístico.

La convivencia de los estudiantes con fumadores activos se da en el trabajo en el 9.7 % y en el hogar en el 40 % de los casos.

En cuanto a los ítems de la sección de “pros”, las respuestas a la frase “Hace que la gente se sienta más adulta y segura de sí misma”, el 76.8 % de los estudiantes cree que no es así; el 71 % expresó que “No hace que la gente se sienta más tranquila”, el 60.6 % refirió que “No quita el sueño”, mientras que el 39.4 % dijo que sí lo quita; con respecto al ítem “Ayuda a estudiar”, el 83.2 % de los estudiantes dice que no; acerca del ítem “Ayuda a las personas a distraerse de los problemas”, el 63.9 % asintió que no, sin embargo el 16.8 % de los estudiantes cree que “Ayuda a sentirse bien después de comer” y el 31 % especuló que “El fumar hace sentir bien a las personas”.

En la segunda dimensión del instrumento “Creencias sobre los efectos del tabaco” que mide los “contras” (barreras), en el primer ítem “Hace que la gente se vuelva adicta”, el 12.9 % de los alumnos respondieron que no es así, y 87.1 % admitió que sí causa adicción, en cuanto a si “Es causa de cáncer”, el 91 % dijo que sí lo es, respecto a la frase “Hace que la gente pierda condición física”, el 85.8 % de los estudiantes afirma que sí; en el rubro de ítems relacionados con enfermedad respiratoria están: “Te provoca tos”, “Es causa de enfermedad pulmonar” y “Te irrita la garganta”, afirmó el 87.7 %, 91.6 % y 85.2 % de los estudiantes, respectivamente; sobre si “Te afecta el corazón” y “Disminuye la actividad del cerebro”, lo apoyan el 90.3 % y 91 % de los alumnos; asimismo, el 84.5 % cree que el hábito de fumar “Hace que la gente tenga mal sabor de boca”.

Discusión

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA 2011)3 el promedio de edad de inicio del consumo de tabaco es de 13.7 años en adolescentes y 17.4 años en adultos; según las tendencias se prevé que en un futuro la edad de inicio del consumo del tabaco comenzará a edades cada vez más tempranas. Existen referentes respecto a la exposición de los estudiantes al humo de tabaco ajeno, el 39.4 % conviven con fumadores y el 59 % se encuentran cerca de fumadores fuera del hogar; muy similar a lo encontrado en el presente estudio, en los cuales el 40 % convive con fumadores en su núcleo familiar; y el 9.7 % convive con fumadores fuera de su hogar.11

Diversas son las creencias que estimulan el consumo de tabaco, en particular se encontró similitud respecto a la opinión sobre si el consumo “Ayuda a sentirse mejor” en el 27.9 % de los estudiantes en el presente estudio. En los cuestionamientos que engloban efectos negativos el 94.8 % frente al 88.24 % que tiene la creencia que el consumo de tabaco es dañino.12

El motivo para el consumo de tabaco que refieren con más frecuencia está relacionado con querer “Olvidarse de sus problemas”, en 28.3 % frente al 36.1 % en los escolares de educación primaria. No hay motivos personales conscientes para el inicio del consumo, y se acepta como una experiencia más y casi inevitable en el crecimiento adolescente. El olor y el sabor del tabaco son desagradables al inicio del tabaquismo y no son un factor favorecedor del consumo; los alumnos consideran el tabaquismo como una actividad relajante que permite evadirse del aburrimiento y se asocia a momentos muy concretos del día. El tabaco permite aumentar la confianza en los adolescentes de menor edad, los alumnos repetidores y de mayor edad se sienten más seguros hablando en cada grupo al tener más experiencia de consumo, y minusvaloran el consumo de los adolescentes más jóvenes. Para los adolescentes varones, fumar supone un rol de autoridad personal en relación al de iguales, un paso hacia la madurez y la aceptación de la uniformidad del grupo de amigos, mientras que en las mujeres predomina la curiosidad, la sensación de control del peso y la influencia de los amigos varones. Los varones entienden que la mujer asume más riesgos al fumar.13

Conclusiones

Los estudiantes comparten características personales, familiares, económicas, sociales y laborales, como la convivencia con fumadores activos en el hogar y en el trabajo y tienen la creencia que el consumo del tabaco ayuda a las personas a distraerse de los problemas y que los hace sentir bien.

La mayoría de los escolares afirman que el consumo de tabaco crea efectos perjudiciales para la salud. Con estos y otros elementos es posible que los escolares encuestados puedan discernir sobre los efectos del consumo del tabaco.

Referencias
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