e-ISSN: 2448-8062

ISSN: 0188-431X

Open Journal Systems

Grado de seguridad clínica

Investigación

Cómo citar este artículo:

Martínez-Morales F, Alvarado-Gallegos E. Grado de seguridad clínica percibida por pacientes adultos hospitalizados en un servicio de medicina interna. Rev Enferm Inst Mex Seguro Soc. 2017;25(4):285-92.

 

Grado de seguridad clínica percibida por pacientes adultos hospitalizados en un servicio de medicina interna

Degree of clinical safety perceived by adult patients hospitalized in an internal medicine service

 

Fatima Martínez-Morales,1 Elsa Alvarado-Gallegos,2

1Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital General de Zona 50, Unidad de Cuidados Intensivos;

2Instituto Mexicano del Seguro Social, Hospital General de Zona con Medicina Familiar 1 "Lic. Ignacio García Téllez", Jefatura de Enfermería; San Luis Potosí, San Luis Potosí, México.

Número de registro: R-2014-2402-6


Correspondencia: Elsa Alvarado-Gallegos

Correo electrónico: elaalva@hotmail.com

Fecha de recepción: 17/01/2017
Fecha de dictamen: 05/05/2017
Fecha de aceptación: 09/06/2017

 

Resumen

Introducción: la seguridad del paciente es el proceso por el cual una organización proporciona atención y cuidados seguros. Implica efectuar una gestión adecuada de riesgos, dotarse de la capacidad para conocer y analizar los posibles incidentes que se produzcan, aprender de ellos y aplicar soluciones que minimicen el riesgo de su ocurrencia.
Objetivo: valorar la percepción del paciente acerca del grado de seguridad clínica durante su proceso de hospitalización.
Metodología: estudio transversal con 123 pacientes adultos hospitalizados. Se utilizó un cuestionario diseñado y validado para medir la percepción del paciente sobre seguridad en la atención de salud en el ámbito hospitalario. Asimismo, se hizo un análisis descriptivo correlacional.
Resultados: de 123 pacientes, 31% refirió haber tenido un incidente durante la estancia hospitalaria, de los cuales 21% fue confundido con otro paciente, 21% presentó reacción alérgica a los medicamentos o alimentos, 18% presentó infección y 15% fue sometido a intervención quirúrgica de forma imprevista. En general, la valoración de los pacientes sobre la seguridad de los servicios sanitarios fue percibida en grado de seguridad alto por el 71%.
Conclusiones: se debe garantizar que los profesionales de la salud sean competentes para otorgar cuidados seguros y que se mantenga la seguridad en la estructura física y los equipos.

Palabras clave: Seguridad del paciente; Garantía de la calidad de atención de salud; Control de calidad; Calidad de la atención de salud; Adultos; Enfermería

 

Abstract

Introduction: Patient safety is the process by which an organization provides assistance and safe care. It implies adequate risk management, the ability to know and analyze possible incidents, learn from them and apply solutions that minimize the risk of their occurrence.
Objective: To assess the patient's perception of the degree of clinical safety during their hospitalization.
Methods: We conducted a cross-sectional study with 123 hospitalized adult patients. We used a questionnaire designed and validated to measure the patient's perception about safety in health care in the hospital setting. We also carried out a descriptive correlational analysis.
Results: Out of 123 patients, 31% reported having had an incident during the hospital stay, of which 21% were confused with another patient, 21% had an allergic reaction to drugs or foods, 18% had an infection, and 15% underwent surgery unexpectedly. In general, the assessment of patients on the safety of health services was perceived in a high degree of security by 71%.
Conclusions: It should be ensured that health professionals are competent to provide safe care and that safety in the physical structure and equipment is maintained.

Keywords: Patient safety; Health care quality assurance Quality control; Quality of health care; Adults; Nursing

 


 

Introducción

Hablar sobre la seguridad del paciente es abordar el proceso por el cual una organización le proporciona a este atención y cuidados seguros, lo cual se manifiesta por la ausencia de lesiones accidentales secundarias a eventos adversos (EA). Del mismo modo, hablar de seguridad implica efectuar una gestión adecuada de riesgos, dotarse de la capacidad para conocer y analizar los posibles incidentes que se produzcan, aprender de ellos y aplicar soluciones que minimicen el riesgo de su ocurrencia.1

En un entorno en el que se potencia que los pacientes participen en las decisiones clínicas de una forma más activa, adquiere un papel importante la percepción de seguridad de las personas que son atendidas en las instituciones que otorgan servicios de salud, sobre todo porque se supone que esta percepción condiciona la actitud del paciente en la interacción con los profesionales de salud y ayuda a indagar si efectivamente un papel más activo le protege, en alguna medida, de ciertos eventos adversos.

El concepto de seguridad de los pacientes, como componente clave de la calidad, forma parte de las estrategias de calidad de muchos países. Al respecto, en 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, la cual fue creada con el propósito de coordinar, difundir y acelerar las mejoras en materia de seguridad del paciente en todo el mundo. La alianza es un medio que propicia la colaboración internacional y la acción de los Estados miembros, la secretaría de la OMS, expertos, usuarios y grupos de profesionales y de la industria.2 Su creación destaca la importancia internacional de la cuestión de la seguridad del paciente.

Es crucial introducir en las instituciones de salud un cambio de cultura que promueva el aprendizaje y el control de los errores; es responsabilidad de los profesionales de la salud ofrecerles a los pacientes servicios con el máximo grado de calidad y seguridad en la atención. La información adecuada e interactiva y la correcta gestión de la incertidumbre en la relación paciente y profesional de la salud constituyen los ejes sobre los que gravita la percepción de seguridad del paciente y crean un entorno de confianza y satisfacción.3

En 2012 se publicaron en México, en la revista de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (CONAMED), los primeros 781 incidentes de seguridad del paciente que habían sido notificados por 22 hospitales mexicanos mediante el Sistema de Registro Automatizado de Incidentes en Salud (SIRAIS). En concordancia con datos internacionales, los incidentes con mayor frecuencia fueron los casos de infección, con el 35.9%; los incidentes relacionados con el proceso clínico o con procedimientos, con 28.8%; y los errores asociados a medicación, con 12.5%.4

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través de la Dirección de Prestaciones Médicas, implementó el Sistema de Vigilancia de Eventos Centinela y Riesgos del IMSS (VENCER), el cual tiene un enfoque proactivo y preventivo basado en el análisis de los eventos centinela y en el establecimiento de los planes de acción para evitar su recurrencia; con el sistema se sistematiza, valga la redundancia, el manejo de los eventos centinela en los hospitales y se aprovecha el aprendizaje para la mejora de la seguridad de los derechohabientes.4,5

Con la finalidad de contribuir con las iniciativas institucionales, se hace necesario el desarrollo de una estrategia de monitoreo para la seguridad clínica centrada en el propio paciente, con el diseño de instrumentos que exploren la experiencia con la atención de la salud. El análisis de dicha información debe permitir tener un diagnóstico claro de la situación y tomar decisiones respecto a las mejoras en los procesos de atención que garanticen la seguridad y la calidad de los servicios de salud, así como el inicio de un cambio en la práctica y en la gestión del cuidado de enfermería centrado en el paciente.

 

Metodología

El diseño del estudio fue descriptivo transversal, en una muestra de 123 pacientes hospitalizados en un servicio de medicina interna de un Hospital General de Zona del Instituto Mexicano del Seguro Social en la ciudad de San Luis Potosí, México.

Se seleccionaron los pacientes adultos hospitalizados con un mínimo de tres días en el servicio mencionado. Los pacientes debían tener capacidad para leer y responder el cuestionario. Se eliminaron los cuestionarios con respuesta inferior al 80% del total.

Instrumento de medición y procedimiento de recolección de datos

Para valorar la percepción del paciente acerca del grado de seguridad clínica durante su proceso de hospitalización, se utilizó un cuestionario diseñado y validado para medir la percepción del paciente sobre seguridad en la atención de salud en el ámbito hospitalario.6

Se recolectó información sobre las variables sociodemográficas: edad (anotar la edad del paciente en el momento del estudio), sexo, nivel de estudios terminados (no sabe leer ni escribir, sin estudios, estudios primarios o equivalentes, secundaria, educación profesional y estudios universitarios o equivalentes).

En relación con las variables clínicas, se recabó información sobre los motivos de la hospitalización (disfunción del aparato circulatorio/vascular, cavidad bucal, dermatología, aparato digestivo, endocrinología, enfermedad infecciosa, enfermedad mental, fracturas/traumatismos, ginecología/obstetricia, hematología, neoplasia, quemaduras, oftalmología, enfermedad osteoarticular, otorrinolaringología, sistema nervioso central, urología); días de estancia hospitalaria hasta el momento de la visita de estudio; fecha de la intervención quirúrgica (si procedía), y complicaciones postoperatorias.

Para las medidas centradas en el paciente se utilizó un cuestionario que incluyó 24 ítems y que estuvo estructurado en tres partes: la primera se refirió a la experiencia en general durante la última estancia hospitalaria; los ítems del 1 al 10 tuvieron cinco opciones de respuesta, desde 1 (No estoy de acuerdo) hasta 5 (Estoy completamente de acuerdo). La segunda permitió detectar los problemas durante la hospitalización y fue del ítem 11 al 17 con respuestas dicotómicas (Sí/No). La tercera parte valoró la experiencia ante un error clínico (en caso de que el paciente lo hubiese sufrido); fue del ítem 18 al 24 con cinco opciones de respuesta de 1 (No estoy de acuerdo) a 5 (Estoy completamente de acuerdo) (cuadro I).

 

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La aplicación del instrumento fue autoadministrable, con un tiempo de respuesta aproximado de 20 a 25 minutos.

Para la implementación del proyecto, se solicitó la autorización del Comité de Ética en el Sistema de Registro Electrónico de la Coordinación de Investigación en Salud (SIRELCIS). Una vez recibido el dictamen de autorización, se inició la fase de socialización del proyecto mediante la presentación con las autoridades de la unidad hospitalaria, con énfasis en la fase de recolección de la información. Posteriormente se hizo la presentación con el personal de enfermería y el jefe de piso, y se llevó a cabo la identificación de los pacientes para reunir la muestra con base en los criterios de selección; asimismo, se solicitó el consentimiento informado y la firma en el documento correspondiente.

Análisis de la información

Para la captura de la información se utilizó el programa estadístico SPSS, versión 20. Se obtuvo la consistencia interna del instrumento a través del alfa de Cronbach para la primera y la tercera parte del instrumento y para la segunda parte se empleó la fórmula de Kuder-Richardson (KR-20), que es una técnica para el cálculo de la confiabilidad de un instrumento aplicable solo a investigaciones en las que las respuestas a cada ítem sean dicotómicas o binarias, es decir, que puedan codificarse como 1 o 0 (tal es el caso de la segunda parte de este cuestionario), por lo que se utilizó como opción más adecuada para determinar la consistencia interna de las variables dicotómicas.

También se calculó la estadística descriptiva a través de frecuencias y porcentajes con la finalidad de comparar los datos que se obtuvieron con hallazgos de otros estudios con tamaños de muestras distintas.

También se aplicaron medidas de tendencia central para construir la afirmación más concisa de la naturaleza de los datos de este estudio: moda, mediana y media, que son las tres medidas de tendencia central más utilizadas.

Por último se aplicaron las pruebas estadísticas de chi cuadrada y ANOVA, a fin de analizar la asociación entre algunas de las variables con el grado de seguridad clínica percibida. Estas pruebas se calcularon a partir de las puntuaciones que se obtuvieron en dichas variables de la muestra encuestada.

 

Resultados

El instrumento fue aplicado a 123 pacientes hospitalizados en el servicio de Medicina Interna del Hospital General de Zona 50, en San Luis Potosí, San Luis Potosí, México.

Del total de pacientes hospitalizados a los que se les aplicó el cuestionario, se encontró a un grupo mayoritario de adultos jóvenes y a una minoría de pacientes entre 42 y 66 años de edad; asímismo, hubo una mínima diferencia entre hombres y mujeres (58 frente a 42%). La mayoría de los participantes tenía estudios de primaria (40%) y una minoría era analfabeta (2%).

De la relación entre la percepción de la experiencia general durante la hospitalización, según si se es hombre o mujer, no se encontró diferencia significativa (p = 0.116) y lo mismo ocurrió con el grado académico (p = 0.478); es decir, la experiencia fue igual en profesionales y no profesionales. Para los pacientes adultos y adultos mayores, la seguridad en el ámbito hospitalario fue percibida de forma similar (p = 0.217).

En la segunda parte del instrumento se indagó acerca de la percepción de los pacientes respecto a la vivencia de los problemas durante la hospitalización. De los 123 participantes, el 31% (39) refirió haber tenido un incidente durante la estancia hospitalaria; al respecto, los eventos suscitados fueron: haber confundido a un paciente con otro (21%), la presencia de reacción alérgica a los medicamentos o alimentos (21%), haber adquirido una infección mientras estaba hospitalizado (18%), el personal de salud se equivocó en el diagnóstico (15%) y el personal de salud llevó a cabo una intervención quirúrgica de forma imprevista (15%) (figura 1).

 

Figura 1. Incidentes referidos por los pacientes durante su hospitalización (n = 39)

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Fuente: Cuestionario sobre la percepción de seguridad de la atención sanitaria en el ámbito hospitalario

 

En cuanto a la percepción de los pacientes acerca de la experiencia ante el error clínico durante la hospitalización (en caso de haberlo sufrido), el 60% declaró que el personal de salud les permitió participar en la toma de decisiones respecto a la forma de resolver el error clínico o problema (cinco estuvieron completamente de acuerdo). Por el contrario, el 57% de los pacientes expresó no estar de acuerdo (1) en cuanto a que el personal de salud no comunicó que tomaría medidas para evitar que volvieran a suceder este tipo de errores clínicos. La relación entre la experiencia ante el error clínico según el sexo del paciente fue no significativa (p = 0.348); asimismo, con la prueba estadística ANOVA no hubo diferencia significativa entre los días de estancia hospitalaria y los promedios de puntos de la experiencia ante el error clínico (p = 0.527).

En general, la evaluación de los pacientes sobre la seguridad de los servicios sanitarios fue percibida en grado de seguridad alto por el 71% y en grado medio por el 27% (figura 2).

 

Figura 2. Percepción de los pacientes acerca de la seguridad de los servicios sanitarios (n = 123)

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Fuente: Cuestionario sobre la percepción de seguridad de la atención sanitaria en el ámbito hospitalario

 

Discusión

La seguridad constituye un principio fundamental en la atención médica y su dimensión es de gran magnitud en la calidad; incluso se puede considerar que sin seguridad no puede existir la calidad.7

Los pacientes expresan que no están totalmente de acuerdo en los aspectos del respeto a la confidencialidad durante la hospitalización, recibir información suficiente acerca de su enfermedad y tratamiento, así como responder de forma clara y comprensible a las preguntas y aclaración de dudas. Se ha encontrado que todos aquellos pacientes que no habían podido consultar sus dudas al personal sanitario, o no habían contado con la intimidad que les hubiera gustado, o no recibieron información detallada sobre su tratamiento o las pruebas o intervenciones prescritas, tenían una preocupación mayor de sufrir un error médico.8

Los programas de reducción de eventos adversos basados en la propuesta de la Agency for Health Care Research and Quality (AHRQ) y el National Health Service, (NHS) de alentar a los pacientes a preguntar al médico sus dudas e inquietudes, también se basan en la interacción con el profesional, a fin de conformar gran parte de su efectividad.9 Cabe mencionar que es importante indagar en los pacientes que refirieron haber tenido algún incidente durante la hospitalización, ya que en el estudio con pacientes como informadores de eventos adversos, los pacientes crónicos y que visitan con frecuencia el hospital son los que refieren los incidentes o errores clínicos.10,11

De acuerdo con lo reportado por el Estudio Nacional de Efectos Adversos relacionados con la hospitalización (ENEAS), el riesgo de incrementar el número de incidencias en el curso del tratamiento aumenta con la edad. Esto es relevante, porque los pacientes de mayor edad son los que más se preocupan por la posibilidad de sufrir un error clínico en el curso de un tratamiento futuro.11 A diferencia del presente estudio, no se encontró distinción entre los pacientes adultos y adultos mayores, en relación con la percepción de seguridad durante la hospitalización.

En la detección de problemas durante la hospitalización, 31% de los pacientes refirieron haber sufrido un error clínico durante la misma. Las principales situaciones a las que se enfrentaron fue el haber sido confundido con otro u otra paciente y el haber sufrido alguna reacción alérgica a medicamentos, alimentos o transfusión. Cabe señalar que en todos los casos no hubo consecuencias mayores que pusieran en peligro la integridad o la vida. De acuerdo con lo reportado en un estudio con pacientes crónicos de diabetes y enfermedad renal, estos pacientes sufrieron un error clínico y requirieron tratamiento adicional.10 Al igual que los pacientes en el presente estudio, el tratamiento adicional fue una nueva intervención quirúrgica.

En cuanto a la comunicación respecto de tomar medidas de prevención de incidentes, el resultado fue similar a lo encontrado en el estudio "Aprendiendo del paciente para mejorar los sistemas de informes de eventos de seguridad". Es probable que un paciente responda más favorablemente hacia un profesional de la salud que le proporciona información completa acerca del incidente, no así cuando el profesional adopta una actitud defensiva, poco sincera o franca; así, el paciente puede expresar su percepción acerca de si el evento adverso era prevenible y ofrecer información específica de cómo evitarlo en el futuro.12

En el presente estudio se reconoce como área de oportunidad la implementación de estrategias de mejora en la percepción del paciente que sufre un incidente durante la hospitalización, esto con respecto a admitir la responsabilidad atribuible al personal de salud y proveer la comunicación e información suficiente sobre el incidente al paciente y su familia.

Un aspecto que puede mejorar la percepción de los pacientes está relacionado con proporcionarles a estos la información suficiente y permitirles participar de la mejor forma en la resolución del incidente. Se sabe que la participación activa de los pacientes y de sus cuidadores aporta información valiosa sobre los riesgos durante la hospitalización. Sin embargo, se ha identificado que una barrera para aceptar las quejas de los pacientes como informes de daños, es que los profesionales de la salud consideran que estos no son capaces de calificar la calidad técnica de los profesionales de la salud.12

La información suficiente y clara acerca del incidente ocurrido no debe dejar de ser prioritaria por nada en un paciente que lo ha sufrido. Las inconformidades de los pacientes se pueden analizar sistemáticamente y agregarse para comprender dónde ocurren los problemas durante el proceso de la atención médica en los sistemas de salud. Los temores, las preocupaciones y los reclamos de los pacientes son el tipo de retroalimentación que deben tener en cuenta los profesionales de la salud. Escuchar las experiencias de los pacientes, especialmente las concernientes a los eventos adversos, es una herramienta importante para mejorar la seguridad de los pacientes y puede complementar la información registrada por los profesionales de la salud. Los pacientes pueden hacer notar lo que no funciona del sistema de salud, pero solo si se "escucha y aprende" de sus historias.12,13

Con respecto a la detección rápida del error clínico (humano), se evidencia una situación a la cual se le pueden atribuir diversos factores. Para comprender las dimensiones del error humano, el enfoque del queso suizo ilustra cómo en todos los procesos de las organizaciones interviene el ser humano; el error humano es inherente y puede ser visto de dos formas: el enfoque personal y el enfoque sistémico. Cada enfoque representa un modelo de la causa del error y cada modelo genera dos filosofías claramente diferentes de la gestión del error.

En el enfoque personal se procura que las personas tomen conciencia de la situación y se les exhorta a que cambien su actitud. Por otro lado, en el enfoque sistémico su inferencia es que los seres humanos son falibles y que con seguridad ocurrirán errores, incluso en las mejores organizaciones. Los errores son vistos como consecuencias, más que como causas, y su origen no se encuentra en la malicia de las personas, sino en factores sistémicos de etapas anteriores de los procesos. En contexto, todas las tecnologías que le pueden causar daño al ser humano poseen barreras y salvaguardas; cuando ocurre un evento adverso, el aspecto más relevante no es saber quién se equivocó, sino cómo y por qué falló la "defensa del sistema".14,15

Cada parte del queso representa un tipo de barrera, por ejemplo: la formación, medios técnicos, supervisión, ayudas a la prescripción, alertas, entre otras; cada una de esas partes o barreras, puede representar un fallo, pero solo cuando se alinean los fallos en las diferentes barreras el riesgo se transforma en daño. Por eso, la seguridad del paciente debe ser analizada con una perspectiva global y en conjunto con los factores y barreras que operan simultáneamente en la organización, con la finalidad de detectar los fallos que hacen posible el daño real o potencial.14

El modelo orientado a la persona que incurre en un error se ha demostrado radicalmente ineficaz por varias razones: conduce a una cultura de la ocultación y dificulta la implantación de un sistema de notificación de incidentes, que es una circunstancia absolutamente necesaria para la mejora de la seguridad del paciente; por lo tanto, en caso de fallo, debe analizarse lo ocurrido, buscar todos los elementos que han contribuido a que ocurra e implementar barreras que dificulten o impidan que vuelva a ocurrir un determinado incidente.16

El Estudio Iberoamericano de Eventos Adversos (IBEAS)17 puso a nuestra disposición una estimación sobre el problema de seguridad del paciente o daños producidos como consecuencia de los cuidados hospitalarios en algunos hospitales de Latinoamérica; la prevalencia de pacientes con EA fue del 10.5%; la prevalencia en el país 1 fue la más alta (13.1%), debido posiblemente a una mayor edad mediana, un menor porcentaje de mujeres en la muestra y un menor número de pacientes en obstetricia, factores que compensan su elevada proporción de pacientes en pediatría. El país 2 tuvo la prevalencia más baja (7.7%), posiblemente debido a una menor edad mediana, una menor complejidad de los hospitales y un elevado porcentaje de pacientes en pediatría, aspectos que deben compensar su elevada proporción de pacientes quirúrgicos.

En el presente estudio los pacientes que se encuentran hospitalizados no perciben seguridad durante su estancia hospitalaria.

 

Conclusiones

La seguridad del paciente es un entramado complejo y multifactorial que ocupa a las instituciones de servicios de salud y en la misma medida a los pacientes y a sus familias.

La institución de servicios de salud debe garantizar que los profesionales que prestan los servicios son competentes para ello y lo mismo debe procurar en la estructura física y los equipos adecuados y seguros.

Se debe promover entre los profesionales de la salud la cultura de la comunicación y de brindarle información completa y oportuna al paciente (y su familia) sobre la terapéutica durante la hospitalización; también se debe alentar la participación activa del paciente (si se encuentra en condiciones) o del cuidador primario.

Medir el grado de seguridad percibido durante la hospitalización dio lugar a una estimación de la percepción de seguridad; sin embargo, resulta insuficiente tan solo para generalizar al resto del hospital. Al respecto, no se incluyó a los pacientes muy graves, aunque son los más expuestos a sufrir un evento adverso, porque no pudieron contestar el instrumento autoadministrado, por lo cual en futuros abordajes se deberá considerar la forma más objetiva de recuperar esa información.

 

Referencias

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