e-ISSN: 2448-8062
ISSN: 0188-431X
Cristian Islam Lugo-Márquez,1 Nery Guerrero-Mojica,1 Ma. de Lourdes Castañeda-Guerrero,1 Nancy Fabiola Gámez-Roque,1 Itzeen Itzamatul Guadalupe Martínez-García,1 Jazmin Padilla-Muñoz1
1Universidad Autónoma de Aguascalientes, Centro de Ciencias de la Salud, Aguascalientes, Aguascalientes, México
Registro y Aprobación del Proyecto: AIE-35-14
Correspondencia: Cristian Islam Lugo-Márquez
Correo electrónico: guylyislam_41@hotmail.com
Fecha de recepción: 11/06/2015
Fecha de dictamen: 10/12/2016
Fecha de aceptación: 27/01/2016
Introducción: al inicio de la formación profesional, se presentan riesgos para la vida que favorecen o afectan la capacidad de resiliencia para hacer frente a las adversidades durante el desarrollo de la vida.
Objetivo: determinar la relación entre resiliencia y factores de riesgo para la vida en estudiantes universitarios al inicio de la formación profesional.
Metodología: estudio descriptivo correlacional en una muestra no probabilística por conveniencia de 308 estudiantes de nuevo ingreso del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Se aplicaron instrumentos de Resiliencia, AUDIT, Fagerström e ITS con alfa de 0.88, 0.95, 0.90 y 0.86.
Resultados: se identificó un nivel de resiliencia favorable, alto riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ITS), consumo responsable de alcohol y baja dependencia de tabaco en estudiantes de nuevo ingreso del Centro de Ciencias de la Salud. De acuerdo a la Chi cuadrada de Pearson no existe relación entre las variables resiliencia y alcohol, tabaco e ITS con valor p de 0.391, 0.951 y 0.787, significancia de 0.05.
Conclusiones: según resultados de la presente investigación, el ser o no una persona resiliente, no tiene relación con la dependencia a sustancias nocivas o peligros para la vida que llegan afectar la formación profesional.
Palabras clave: Alcoholismo; Hábito de fumar; Enfermedades de transmisión sexual; Resiliencia psicológica; Estudiantes de enfermería
Introduction: At the start of training occur several life risks that favor or affect resilience which is the ability to cope with adversity during the development of life.
Objective: To determine the relation among resilience and life risks factors at the start of professional training.
Methods: Descriptive, correlational, study in a non-probabilistic convenience sample of 308 freshmen from Universidad Autónoma de Aguascalientes Health Sciences Center. Resilience instruments, AUDIT, Fagerström and STIs with alpha 0.88, 0.95, 0.90 and 0.86 were applied.
Results: Health Sciences Center freshmen students show a favorable level of resilience, high risk of STIs, responsible alcohol consumption and low tobacco dependence. According to Chi Square test of Pearson there is no relation between resilience variables and alcohol, tobacco and STIs with p value of 0.391, 0.951 and 0.787 with significance of 0.05.
Conclusions: According to the results of this research, being or not being a resilient person is unrelated to dependence on harmful substances or hazards to life that affect professional training.
Keywords: Alcoholism; Smoking; Sexually transmitted diseases; Psychological resilience; Nursing students
El concepto de resiliencia alude a la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y salir transformado por ellas. Varios estudios se centran en determinar los factores protectores que estimulan el desarrollo biopsicosocial de los individuos como autoestima, moralidad, humor y pensamiento crítico, a los que Emmy Werner denominó pilares de la resiliencia.1
Con respecto a las cualidades individuales, numerosos estudios se han centrado en estudiar qué cualidades internas poseían las personas resilientes. De todos estos hallazgos, en particular los investigadores Wolin y Wolin en 1993 denominan los pilares de la resiliencia, los cuales muestran las cualidades de las personas resilientes mediante la realización de una figura llamada: Mándala de la resiliencia.2
En la teoría del Mándala de la resiliencia, se retoma la mayoría de los factores descritos por Werner y se define de la siguiente forma: Introspección se refiere a la capacidad de comprender las cualidades de sí mismo y de los otros, y a poder reflexionar de una forma activa y personal sobre las experiencias vividas. Interacción es la habilidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas, a fin de balancear la propia necesidad de empatía y aptitud para brindarse a otros. Iniciativa es el placer de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes; Independencia se refiere a la capacidad de establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos, alude a la capacidad de mantener una sana distancia emocional y física, sin llegar al aislamiento. Humor es la capacidad de encontrar lo cómico en la tragedia, se mezclan el absurdo y el horror en lo risible de esta combinación. Creatividad significa crear e innovar en lo personal, lo familiar, lo artístico, lo científico y lo social para transformar la realidad por medio de la solución de problemas. La Moralidad es el deseo de una vida personal satisfactoria, amplia y con riqueza interior, se refiere a la conciencia moral, a la capacidad de comprometerse con valores y de discriminar entre lo bueno y lo malo (figura 1).
Figura 1. Mándala de la resiliencia
La resiliencia es una técnica de intervención educativa, en esencia es una nueva mirada sobre viejos problemas del hombre. El riesgo siempre ha estado presente y, desde una pedagogía preventiva, es necesario estudiar todos los factores protectores que les permiten a las personas afrontar el riesgo y salir avante de él. Para que se produzcan procesos de resiliencia es ineludible la interacción tanto de los factores de protección como de los de riesgo.
Los factores de riesgo hacen referencia a aquellas características o cualidades de una persona, de una familia o de una comunidad que se sabe va unida a una elevada probabilidad de dañar su salud, se destacan como factores de riesgo las características tanto del entorno como de la persona para quienes los tienen o padecen. El análisis realizado engloba los factores de riesgo en cuatro categorías: el primero de ellos se refiere a una situación perturbadora como trastornos psicológicos o conductas adictivas de los padres, muerte de alguno de los padres o larga separación de la persona que cuida al niño en los primeros años de su vida (figura de apego); el segundo aborda los factores sociales y ambientales como el desempleo de los padres, la pobreza o la ausencia de dinero en el hogar; el tercer factor describe los problemas crónicos de salud en el entorno cercano al niño; y el cuarto detalla las catástrofes naturales y sociales, como, por ejemplo, el caso de una guerra.
Los factores de protección aluden a las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una persona a algún peligro que predispone a un resultado no adaptativo. En ocasiones, incluso un suceso no agradable puede constituir un factor protector cuando este hace que el individuo genere mecanismos que haga que se adapte, fortalezca y aprenda a vivir bajo presión. Entre las características o cualidades que protegen a las personas ante las adversidades se encuentran las que pertenecen al ambiente en el entorno intrafamiliar y extrafamiliar, las cuales interactúan y condicionan óptimamente el desarrollo de las personas; así como las cualidades internas que protegen a las personas se refieren a las habilidades individuales de los individuos.3,4
El análisis del riesgo en la vida de los profesores y de los alumnos, así como la detección de infinidad de factores de riesgo han contribuido a crear una sensación de desaliento en los niños y jóvenes, e incluso se ha llegado a pensar que los riesgos generalizados en la vida de los niños condenan inexorablemente a una creciente cantidad de jóvenes a desarrollar consecuencias negativas como: deserción escolar, bajo aprovechamiento, adicciones y enfermedades de transmisión sexual.
Al respecto, en una población estudiantil se identificaron y compararon los niveles y fuentes de resiliencia, los resultados arrojaron diferencias significativas en las fuentes de resiliencia entre varones y mujeres, siendo esta mayor en las mujeres. En otro estudio, se relacionó la resiliencia con la felicidad y el optimismo, resultando que los estudiantes con mayor nivel de resiliencia, mostraban un mayor optimismo y felicidad. Por último, en un estudio cualitativo de la misma área temática, se encontró que las dificultades en el proceso académico son susceptibles de producir resiliencia en alumnos de Enfermería, observando todos aquellos problemas que afectaban la formación de los estudiantes clasificados en las siguientes categorías: problemas económicos, personales, organizacionales, sociales, académicos, y otros tipos de problemas.5
Por lo anterior, y con el propósito de determinar la relación entre la capacidad de resiliencia y los factores de riesgo para la vida en estudiantes universitarios al inicio de su formación profesional, se considera pertinente realizar la presente investigación a fin de contribuir al conocimiento de los riesgos para la vida que están presentes en los estudiantes universitarios, de tal forma que sus resultados permitan generar estrategias de intervención y programas de educación para la salud. El implementar dichos programas al interior de la universidad, permitiría el desarrollo de los jóvenes y, por ende, de su calidad de vida a corto y mediano plazo reflejado en la eficiencia terminal, y a largo plazo en su proyección como personas sanas y competitivas en su máximo potencial de producción.
Estudio descriptivo correlacional, en una muestra no probabilística por conveniencia de 308 estudiantes de nuevo ingreso y pertenecientes al Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en la ciudad de Aguascalientes, México.
En la prueba piloto se obtuvo confiabilidad de los instrumentos: Cuestionario de Resiliencia, AUDIT6 (Cuestionario de identificación de los trastornos debidos al consumo de alcohol), Test de Fagerström para medir el nivel de adicción a la nicotina e ITS, con un nivel de confiabilidad por alfa de Cronbach de 0.88, 0.95, 0.90 y 0.86 respectivamente para cada uno de los cuestionarios.
Se incluyeron los estudiantes de nuevo ingreso del Centro de Ciencias de la Salud, fueron excluidos los estudiantes que no estaban presentes el día de la aplicación del instrumento, y los que no desearon participar; los instrumentos contestados incorrectamente o incompletos se eliminaron. Posterior a esto, se elaboró una base de datos para capturar y analizar la información obtenida, se utilizó el programa estadístico SPSS versión 21.
En el estudio se consideraron las bases éticas descritas en la Declaración de Helsinki, sección principios de bioética, apartado III y lo dispuesto en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud en los artículos 3, 57 y 58.
En los estudiantes de nuevo ingreso se identificó que más del 50% son del sexo femenino; la edad de los estudiantes osciló entre los 17 y 25 años, con una media de 18.82 años, prevalecieron los estudiantes solteros en el 98.1% y en 79.5% su única ocupación es estudiar.
Se identificó una capacidad de resiliencia favorable en 85% de los estudiantes (figura 2), consumo responsable de alcohol en 77% (figura 3) y en 95% baja dependencia en el consumo de tabaco (figura 4); según lo obtenido en el instrumento Fagerström, el 95.5% de los estudiantes tarda más de una hora en fumar su primer cigarrillo y el 1.9% fuma de 11 a 20 cigarrillos al día. El riesgo alto de contraer ITS, se identificó en 42% de los estudiantes (figura 5). Lo anterior se explica, en parte, porque del total de estudiantes el 40.6% tiene vida sexual activa, el 70% usa preservativo y el 84.5% tiene conocimiento sobre su uso; solo el 8.4% cree haber tenido alguna vez ITS, mientras que el 1.3% no lo sabe.
Figura 2. Capacidad de resiliencia en estudiantes universitarios al inicio de su formación profesional (n = 308). Fuente: Instrumento datos generales aplicado a estudiantes de nuevo ingreso
Figura 3. Consumo de alcohol en estudiantes universitarios al inicio de su formación profesional (n = 308). Fuente: Instrumento </sup>Datos Generales aplicado a estudiantes de nuevo ingreso
Figura 4. Dependencia al consumo de tabaco en estudiantes universitarios al inicio de su formación profesional (n = 308. Fuente: Instrumento Datos Generales aplicado a estudiantes de nuevo ingreso)
Figura 5. Riesgo de infección de trasmisión sexual en estudiantes universitarios al inicio de su formación profesional (n = 308). Fuente: Instrumento Datos Generales aplicado a estudiantes de nuevo ingreso
Se observa que la resiliencia es favorable en condiciones relativamente óptimas respecto al consumo responsable de alcohol, de igual modo en la baja dependencia al consumo de tabaco, sin embargo aunque se tiene una resiliencia favorable el riesgo de contraer ITS es alto.
No se encontró correlación entre las variables resiliencia y alcohol, tabaco e ITS con valor de p igual a 0.391, 0.951 y 0.787 y nivel de significancia del 0.05 (cuadro I).
Cuadro I. Correlación entre resiliencia, consumo de alcohol y tabaco, y riesgo de infección de transmisión sexual (n = 308) | |
Correlación de variables | p < 0.05 |
Resiliencia-Alcohol | 0.391 |
Resiliencia-Tabaco | 0.951 |
Resiliencia-ITS | 0.787 |
El 90% de los estudiantes presenta una resiliencia favorable, a diferencia de lo encontrado por López,7 en cuyo trabajo se presenta un nivel medio en resiliencia. Por otra parte coincide con González,8 quien confirma que el grupo de edad de adultos jóvenes tiene un nivel de resiliencia alta.
Respecto al riesgo de ITS, Rodríguez9 encontró que el 45% de los estudiantes tiene conocimiento sobre las medidas de prevención de ITS.
De acuerdo con los datos obtenidos en la presente investigación en cuanto al consumo de alcohol el 30.4% de la población estudiada refirió hacerlo de dos a tres veces por semana, mientras que el 1.6% dijo consumirlo cuatro o más veces a la semana, lo cual representa un factor de alto riesgo. Lo anterior coincide con Mora,10 porque en su estudio el 31% de la población estudiada presentó un consumo alto. Asimismo, difiere de lo encontrado en otro estudio, donde el 98.5% consumió alcohol en alguna ocasión, el 63.3% consumió más de una bebida, y el 37.7% negó el consumo de alcohol.11
Respecto al consumo de tabaco, coincide con Reynales,12 ya que más del 90% de los estudiantes tarda más de una hora en consumir su primer cigarrillo y difiere de lo encontrado por Sánchez,13 donde el 56.3% de su muestra inicia el consumo de tabaco en la primera media hora después de levantarse.
Debido a que los estudiantes del Centro de Ciencias de la Salud, obtuvieron en su mayoría una resiliencia favorable y baja dependencia al tabaco y consumo de alcohol, se esperaba que existiera una relación entre estas variables, sin embargo, al realizar la prueba estadística de Chi cuadrada de Pearson no se encontró relación, es decir, que no es necesario ser una persona resiliente para que exista una dependencia baja al consumo de alguna sustancia nociva, que es a su vez denominada un peligro para la vida y que afecta directamente en su inicio profesional; por lo tanto se acepta la hipótesis nula, la cual establece que no existe una relación.
Los resultados refieren que existe alto riesgo de contraer ITS, ya que aunque se obtienen porcentajes mayores sobre información positiva y conocimiento de las ITS, estas no son seguras pues se practican sin protección.
Con los resultados obtenidos, el personal de enfermería puede liderar el diseño y aplicación de programas educativos que se oferten a universitarios durante las tutorías a lo largo de su formación profesional, pretendiendo egresar profesionales con una mejora en su desarrollo personal.